La economía del conocimiento es aquella que utiliza el conocimiento como elemento fundamental para generar valor y riqueza por medio de su transformación a información pero, ¿cómo se consigue transformar ese conocimiento en actividad económica? Este es el gran reto al que se enfrenta hoy la ciencia en general y los diferentes territorios que apuestan por esta nueva economía, entre ellos Euskadi. CICNetwork ha reunido a cinco destacados representantes del ecosistema vasco de ciencia y tecnología para buscar respuestas a esta pregunta.
CIC bioGUNE fue el escenario de la celebración de la Mesa de Ideas moderada por su Director General, José María Mato. El debate contó con la participación de Leire Bilbao, Directora General de Innobasque, Ainara Basurko, Directora General de BEAZ-BIZKAIA, Mikel Álvarez, Director de Desarrollo de Negocio y Relaciones Institucionales de Mondragon Corporation y José Manuel Franco, Director General de Vivebiotech.
José M. Mato: La investigación genera nuevos conocimientos. Estos conocimientos varían en su aplicabilidad, aptitud para el mercado y en la posibilidad de obtener patentes. El objetivo de la mesa es tratar sobre cómo acelerar la velocidad a la que el conocimiento se transforma en actividad económica. Uno de los retos en todos los países es ver como se puede acelerar la velocidad para que un conocimiento
se transforme en actividad económica. Sabemos que no es fácil y si os parece vamos a comenzar con la primera pregunta: ¿Debe investigarse en Euskadi en la frontera del conocimiento aunque sea muy difícil anticipar su aplicabilidad? En otras palabras ¿Consideráis que hay que anticipar la aplicabilidad del conocimiento antes de que se genere?
José María Mato, Mikel Álvarez, Ainara Basurko, Leire Bilbao y José Manuel Franco en los jardines de CIC bioGUNE.
Mikel Álvarez: Es una pregunta poliédrica. Depende. El conocimiento básico, el que está en la frontera de la ciencia, también hay que desarrollarlo. El conocimiento surge a veces de que alguien busca una aplicación a algo pero también hay un tipo de conocimiento que tiene que ver mucho con los retos de la curiosidad humana. La curiosidad es generadora y hace que generemos nuevas capacidades sin que estas sean directamente aplicables pero luego habrá un momento en que pueden encontrar aplicación. Seguro que cuando Watson y Crick descubrieron la doble hélice del ADN no estaban pensando en el impacto económico. En un país pequeño como el nuestro habrá cosas que podamos hacer y otras que no pero lo que seguro no podemos hacer es limitar la curiosidad de las personas.
Leire Bilbao: La investigación básica es necesaria, sobre todo cuando va alineada a retos o desafíos importantes a los que nos enfrentamos. Para avanzar en esos retos es necesaria la curiosidad, asumir riesgos, y la investigación básica juega en ese entorno de riesgo, ya que puede llegar a no ser aplicable, puede ser fallida. El conocimiento que se adquiere es clave para seguir avanzando en dicha investigación o incluso en la decisión de abandonarla y avanzar en otro entorno de investigación, pero la investigación básica, con la industrial y el desarrollo experimental, es decir, ese mix de actividad, es el que puede ayudar a llegar al mercado.
José Manuel Franco: Estoy de acuerdo, pero matizaría un poco. Es verdad que el estudio básico de hoy es el producto del mañana, ahora bien, con los recursos que tenemos aquí y ahora hay que priorizar, hay que darle a la investigación una orientación hacia la aplicabilidad que no la dejaría para el final del proceso. Tiene que estar presente desde el primer momento.
Ainara Basurko: Yo también estoy de acuerdo con Mikel, en impulsar la creatividad humana y la curiosidad en torno a los grandes retos sociales pero complementaría mi respuesta con el punto de vista de José Manuel. Creo que como país deberíamos centrar los esfuerzos en investigación básica en aquellos temas en los que podamos incrementar nuestras fortalezas. Esa acumulación de conocimiento
facilitará la aplicabilidad. En resumen, hay que investigar de manera básica para generar conocimiento que nos posicione en determinadas áreas pero también de forma estratégica para que luego nos facilite esa aplicabilidad.
José M. Mato: Retomando el ejemplo de Mikel Alvarez, Watson y Crick dijeron que encontraron
oro porque estaban buscando oro. Esto quiere decir que hay investigaciones que están en esa frontera del conocimiento y surgen porque hay un objetivo claro. ¿Debemos buscar oro en Euskadi en ese conocimiento?
Mikel Álvarez: Yo por llevarle un poco la contraria a Ainara, aunque en el fondo creo que vamos
por el mismo camino, quiero decir que no todo es programable. Eso de que busquen oro los investigadores es como el arte. El arte es difícilmente domable. Los jóvenes se hacen las preguntas porque se les despierta una inquietud de hacer algo nuevo en un campo que les resulta atractivo, no lo hacen motivados porque luego eso pueda ser un negocio. Esto hay que reconducirlo, si se quiere llevándolo hacia algunas cosas que sean de más interés, pero no se puede tener
un programa que absorba la curiosidad. Otra cosa es, a partir de aquí, la escala de construcción económica. Igual es otra, pero la escala de construcción universitaria o de los centros de investigación básica tiene que tener un componente de gran libertad. La libertad de descubrimiento es algo que mueve el mundo.
José Manuel Franco: Si la pregunta es si en Euskadi se debe investigar en el límite del conocimiento,
la respuesta es sí. Luego vienen los matices, no nos podemos dedicar a todo los que quisiéramos porque nuestros recursos son limitados pero por supuesto que hay que investigar en el límite del conocimiento.
“Hay que tratar de focalizarse pero sin cerrar las fronteras al conocimiento”
José M. Mato
Leire Bilbao: Cuando tú haces una investigación básica es que tienes un reto, un reto clave en el que tienes que investigar pero también tienes que ver hasta que límites tienes que llegar. A veces si no llegas a lograr algo en un período de tiempo razonable tienes que descartarlo, pero has conseguido un aprendizaje que puedes emplear en otros ámbitos para llegar a una respuesta adecuada.
José M. Mato: Ainara, tu antes hablabas de focalizar, ¿a que te refieres exactamente?
Ainara Basurko: Me refería básicamente a dos cosas: La primera, que sepamos cuál podría ser
su recorrido sin que necesariamente sea la puesta en marcha de un producto en el mercado y segundo que apostemos por áreas en las que somos fuertes; es decir, que nos apoyemos en nuestras principales fortalezas y conocimiento ya generado así como en el potencial del ecosistema existente en el área en
cuestión, dado que ello nos facilitará la aplicabilidad.
José M. Mato: En resumen, tratar de focalizarse pero sin cerrar las fronteras al conocimiento.
Insistir en que el conocimiento tiene que ser de valor, dándolo esto último por hecho, ¿qué se puede hacer para mejorar la aptitud al mercado? En los años 50 ir al mercado era muy lento, ahora es mucho más abierto y competitivo y mucha más gente está haciendo lo mismo a la vez. ¿Qué se puede hacer para acelerar la llegada del conocimiento al mercado? ¿Cómo facilitamos este proceso?
Leire Bilbao: Lo primero habría que aclarar cuál es el mercado, si es Euskadi o el mercado
es global.
José M. Mato: Estamos hablando de un mercado global, el mercado hoy en día es internacional.
Leire Bilbao: A mí me parece complejo priorizar el ámbito de investigación básica al mercado
porque el mercado global es muy amplio. Cada agente debe decidir cuál es su mercado para saber dónde tiene que investigar para obtener unos resultados. Si estamos obteniendo unos resultados en un mercado determinado, la transferencia a ese mercado es conocer muy bien cuál es su demanda y cuáles son sus retos, para conseguir que esa investigación en todos los ámbitos sea efectiva. De esa manera, se conseguirían los resultados adecuados en todo momento.
José Manuel Franco: Para llegar al mercado de una manera rápida hay que ofrecerle lo que está necesitando. Esa es una de las claves para que se acelere el flujo de todo el proceso. En la medida en que la generación del conocimiento tenga una cierta orientación al mercado este proceso se acortará. Nosotros en Euskadi tenemos ejemplos en los que hemos comprobado que el proceso no consiste en elaborar un producto y luego salir al mercado a localizar al interesado en utilizarlo y adquirirlo. El proceso más eficiente se construye identificando la necesidad y poniendo en marcha el flujo en sentido contrario.
“Para llegar al mercado de una manera rápida hay que ofrecerle lo que está necesitando”
José Manuel Franco
Mikel Álvarez: Hay una cosa que debemos reflexionar. Nosotros siempre hacemos un esquema de linealidad en el que el punto cero es el descubrimiento y conocimiento y el mercado está al final de la línea. En realidad, si ponemos en un lado el conocimiento y en otro el mercado, en el mercado están los empresarios, los que emprenden un proyecto.
José Manuel Franco: Yo sería mucho más amplio en eso. El mercado no solo es el negocio, es también la aplicación del conocimiento en la sociedad.
Mikel Álvarez: De acuerdo, pero hay una cosa que es obvia, la generación de riqueza surge en el momento en que yo vendo algo. En realidad, a veces tendemos a pensar que el conocimiento y las capacidades pueden producir empresa y eso no siempre es así. El hecho de tener capacidades estructuradas en una tecnología no es condición única para tener un éxito en el mercado. La generación de un nuevo proyecto es pendular, viene del conocimiento de producto y servicio y vuelve hasta llegar a un punto intermedio de madurez para acceder al mercado. El conocimiento de algo no nos garantiza la existencia de un proyecto. Todo depende de una cuestión, que haya alguien que quiera comprar esa solución. Yo creo que lo que hay que hacer es generar empresarios, que son los que meten las sondas en el mercado para ver qué es lo que se está demandando. Hay que generar la cultura del emprendizaje. Gente que adquiere el riesgo personal y grupal en los proyectos. Aquí está la clave de la cuestión, más que en el conocimiento mismo.
“La curiosidad es generadora y hace que generemos nuevas capacidades sin que estas sean directamente aplicables pero luego habrá un momento en quepuedan encontrar aplicación”
Mikel Álvarez
Ainara Basurko: Creo que en definitiva estamos hablando de dar pasos en relación a la actividad
investigadora que aspire a resolver una necesidad (o hacerla patente) llegando a plantear la generación de nuevos productos o servicios que la resuelva. Es verdad que hay muchos proyectos que se quedan por el camino. En Bizkaia, por ejemplo, cuando analizamos cuántas nuevas empresas innovadoras se crean,
de cada 100, observamos que muy pocos proceden de grupos de investigación, de los centros tecnológicos, o universidades. Coincido con Mikel en que hay que implicar en los proyectos de investigación perfiles más orientados al negocio y al mercado. No tengo recetas mágicas, pero hay un momento en el que los proyectos de investigación tienen que ser compartidos con personas más orientadas al negocio y esto tiene que hacerse no al final del proceso, sino desde su germinación. Porque aun así es un proceso complejo.
Mikel Álvarez: Yo estoy muy de acuerdo y me viene a la cabeza una cosa, los negocios de economía
colaborativa que son muy numerosos no tienen prácticamente nada de I+D. Hay que impulsar con fortaleza la parte del emprendimiento en la ciencia. El liderazgo de un proyecto no es tanto del investigador, que también, sino del que quiere vender algo. El concepto es vender y comprar, así de sencillo.
Leire Bilbao: Pero para mí el mercado es mucho más amplio que todo eso, ya no sólo es la parte de generar nuevas empresas de base tecnológica o de generar emprendimiento sino que los usuarios podamos ser parte del mercado y yo creo que desde la investigación se tiene que trabajar mucho con el mercado para llegar con mayor rapidez a obtener resultados. Si no conoces los retos del mercado
difícilmente vas a llegar a satisfacerlos. ¿Qué puede ser la generación de una nueva empresa de base tecnológica? Sí, pero también puede ser generación de nuevos modelos de negocio o diversificación por parte de la propia organización. El conocimiento de quién es quién y qué necesidades tiene es muy
importante a la hora de acotar el tiempo y tener resultados en un menor plazo.
José M. Mato: El conocimiento por si sólo no siempre dice para qué vale. Las grandes compañías
que se han generado en las últimas décadas están basadas en matemáticas, algunas como Facebook en algoritmos que estaban ahí pero que han necesitado una persona que sepa ponerlos en el mercado. Es evidente que se necesitan empresarios, emprendedores que saben de algo que los investigadores
no ven. En este sentido, quería preguntaros si la iniciativa de crear una comisión industrial en Euskadi que agrupe el conocimiento de centros tecnológicos y CICs, como la que se plantea en el Consorcio Científico-Tecnológico Vasco, puede servir para aumentar la transferencia de ese conocimiento. ¿Pueden
ayudar este tipo de estructuras?
“Cuando creas una empresa de base tecnológica necesitas un gestor para que sea viable y sostenible y esa sostenibilidad viene por inversiones para que tenga más músculo”
Leire Bilbao
José Manuel Franco: Evidentemente, sí. Volviendo un poco al punto anterior, en esa secuencia que
nos describía Mikel con cada uno de los eslabones desde la generación del conocimiento al mercado, es importante que exista una estrecha y permanente interrelación entre todos los tramos y esa comisión puede tener una buena herramienta para ello. Ahora bien, en mi opinión, en ese consorcio tiene que
haber una importante presencia del mercado a través de agentes, empresas, expertos en prospectiva, etc. que ayuden a establecer el foco hacia dónde dirigir todo el proceso.
Mikel Álvarez: El Consorcio Científico-Tecnológico vasco es algo positivo pero es verdad que con esto no estamos hablando del conocimiento básico, hablamos más de un conocimiento aplicado. En ese sentido, cualquier intento de racionalizar y enfocar los recursos es positivo. No obstante, yo creo que hay que saber preservar la libertad de los equipos, que se mueven con una vida propia, que de alguna manera buscan fuentes de financiación, etc. Esa libertad también tiene que ver a veces con la competencia. Yo creo mucho en la sana competencia y este nuevo consorcio es bueno y ayuda a enfocar, pero también debe de contemplar este grado de libertad, con una sana competencia para que lo que se genere sea
también más competitivo.
Ainara Basurko: El éxito de un proyecto empresarial reside en su aceptación en el mercado pero
también en la pasión, talento e identificación del equipo emprendedor con el proyecto. En ocasiones los investigadores aglutinan además de la pasión por ahondar más en la actividad investigadora el objetivo de trasladar el conocimiento al mercado en forma de proyecto empresarial combinando habilidades
en ambos planos. Pero esto no ocurre muy frecuentemente. Por ello y porque queremos que salgan “cosas nuevas” que permitan a las empresas ser más competitivas, a la sociedad resolver problemas sociales y a las personas que vivan mejor, debemos considerar la incorporación de otros agentes en el ciclo de vida de un proyecto de investigación. Sí, es importante que los proyectos sean conocidos por empresas que están trabajando o tengan interés en temas relacionados. Nos falta perfil emprendedor en muchos proyectos de investigación. Hay que buscar la manera de estar en torno a los proyectos de investigación con agentes variados que puedan compartir y complementar objetivos. En este sentido, la comisión industrial o consorcio referido puede ayudar a dar pasos hacia adelante.
Los participantes en la Mesa de Ideas en un momento del debate.
José M. Mato: A veces, cuando uno genera conocimiento, se enamora de ese conocimiento que ha generado y cuando viene un emprendedor y trabaja con ese conocimiento se produce un cambio y, a veces, hay una disrupción en la que se necesitan agentes que den respuesta satisfactoria a los dos. Además, se necesitan emprendedores y capital. Hemos hablado de emprendedores pero no de capital.
Leire Bilbao: Yo, antes de hablar del capital y por la pregunta que me hace José Mari, quería
responder que cualquier iniciativa que ayude a conectar el mix de investigación (básica, industrial y experimental), y sus agentes, si se analizan bien las necesidades, complementariedades, sinergias y modelo de colaboración de confianza, puede ser una buena herramienta, pero necesita mucha dedicación y con personas neutras. En el tema del capital, cuando creas una empresa de base
tecnológica necesitas un gestor para que sea viable y sostenible y esa sostenibilidad viene por inversiones para que tenga más músculo. Muchas veces, a este tipo de empresas le falta capacidad económica para desarrollar sus productos y poder competir en el mercado, un mercado complejo.
José Manuel Franco: Yo no me resisto a comentar que las comisiones o consorcios me dan mucho
miedo. Pueden ser una herramienta muy eficiente o pueden dilatar la toma de decisiones. Tienen que tener un objetivo muy claro.
José M. Mato: Llevar una nueva idea o conocimiento a un mercado es complejo. En este camino todo el mundo, inversores e investigadores, tienen que estar dispuestos a dejar parte de sus máximos por el bien común e infraestructuras como el consorcio tienen que servir para resolver estos temas.
Ainara Basurko: La verdad es que nos pasa con proyectos que desde el principio observamos mucho conocimiento pero no capacidades suficientes para traducirlo en un modelo de negocio concreto. Es entonces cuando desde el ecosistema de emprendimiento se trata de buscar perfiles complementarios que ayuden sabiendo que en muchas ocasiones son “experimentos” complejos que difícilmente pueden
llegar a buen puerto. Muchas veces es más fácil generar el interés de empresas existentes y que se produzca una transferencia de conocimiento, para lo cual cuanto mayor y más temprano conocimiento exista por parte de la empresa sobre el proyecto, mejor. La simbiosis del equipo emprendedor con la idea empresarial es una clave importante de éxito.
José M. Mato: Pero Euskadi es un país de pymes y su futuro se basa en que se sigan creando muchas pequeñas empresas. El reto es que se sigan creando este tipo de empresas.
José Manuel Franco: Sin embargo, hay un aspecto importante a señalar. Las nuevas pymes tecnológicas tienen que superar un obstáculo adicional importante, conseguir transformar esa tecnología novedosa en un producto a escala industrial competitivo en el mercado. Ese salto requiere contar con algunos recursos como mano de obra cualificada, proveedores de desarrollo, recursos financieros estables, etc. que, en nuestro entorno, no se encuentran a disposición de las pymes. En nuestro caso, la biotecnología, estamos en la periferia tecnológica del mundo y tenemos que superar muchos más obstáculos que los países que están más desarrollados en este campo que nosotros. Es posible que nuestra idea de base haya sido mejor desarrollada pero cuando la tenemos que llevar a ejecución es
cuando aparecen esas barreras. Quiero decir con todo esto que nuestro tejido de pymes, en sectores que no son las nuevas tecnologías, tiene un ecosistema más favorable.
Mikel Álvarez: Esto, José Manuel, se debe a que en nuestro entorno no contamos con empresas
grandes. No tenemos empresas que puedan compensar con conocimiento e inversión. Las grandes farmacéuticas por ejemplo subcontratan 2/3 de su investigación. En nuestro caso es imposible.
José Manuel Franco: Para eso se han puesto en marcha iniciativas como los clústeres. Tenemos que
construir aquí con el esquema de cadena de valor lo que es la aportación que tiene una gran empresa, por lo menos hasta que consigamos atraer este tipo de empresas. De momento, tenemos que superar ese hándicap. Es importante darse cuenta de donde estamos y que herramientas tenemos.
Mikel Álvarez: No sé dónde está la solución. Por ejemplo, en Suiza trabajan en tecnologías médicas
52.000 personas, el doble que en España, y el 75% son empresas menores de 50 trabajadores pero también hay unas cuantas empresas grandes que son captadoras de las pymes. Nuestra mayor dificultad está, una vez más, en el mercado, nos cuesta llegar al cliente y también a intermediarios
Ainara Basurko: Está claro que donde mejor funciona la transferencia es en aquellos sectores
donde hay empresas tractoras o hay un tejido industrial extenso con cadenas de valor bien trabajadas. Es donde funciona el emprendimiento y las colaboraciones.
Mikel Álvarez: Dada la dimensión del país que tenemos esta situación va a ser inevitable.
José Manuel Franco: Pero tenemos la obligación de crear un ecosistema que permita atraer empresas
tractoras.
“Donde mejor funciona la transferenciaes en aquellos sectores donde hay empresas tractoras o hay un tejidoindustrial extenso con cadenas de valor bien trabajadas”
Ainara Basurko
Mikel Álvarez: Nuestras empresas van a tener que pensar que obtenemos producto para venderlo
en proximidad o en el B2B, tenemos que vender a empresas de fuera para que luego ellos comercialicen.
Leire Bilbao: Yo sí que coincido con José Manuel en que tenemos que seguir intentando atraer a estas empresas interesantes, vender nuestro ecosistema, nuestro valor diferencial. Al ser pequeños somos mucho más flexibles, eso si, hay que potenciar la colaboración para dar respuestas más coordinadas.
Mikel Álvarez: De acuerdo, pero no olvidemos que los movimientos estratégicos potentes van de la mano de otros requisitos como la llegada de grandes compañías, es el caso de Irlanda. Yo creo que aquí tenemos que pensar en esas conexiones internacionales o empresas grandes de las que vamos a tener que ser proveedores en el campo de la biotecnología.
José M. Mato: Yo no me centraría sólo en el campo de la biotecnología, creo que se da en todos
los campos. No tenemos grandes multinacionales en ningún área.
José Manuel Franco: Estamos reflexionando sobre cómo conseguir un modelo de transferencia eficiente desde la investigación básica y nos encontramos que, en demasiadas ocasiones, muchas de las buenas ideas que se han convertido en proyectos y realidades tecnológicas con gran esfuerzo de las instituciones públicas que las han financiado, en el último tramo no logran el mejor aprovechamiento y, en definitiva, no se consigue el objetivo que se busca, la contribución al crecimiento del PIB y la recuperación de la inversión realizada.
Mikel Álvarez: Algo que me gustaría apuntar es que en el campo de la biotecnología una asignatura
pendiente, más allá de la financiación que ya se mueve mucho más, es que tenemos que tener una política de compra pública de tecnología innovadora de verdad, con fondos específicos ya que esto ayuda mucho al desarrollo del sector.
Leire Bilbao: Totalmente de acuerdo. Pero hablando de la situación que tenemos en Euskadi, con un 96% de pymes, casi ninguno de nuestros sectores desarrolla producto final, la conexión con el cliente final está muy alejada y, por lo tanto, la posibilidad de dar respuesta adecuada a un cliente final es más difícil. Así que tenemos que generar una actuación de cadena de valor diferencial y tener claro en que
somos buenos para poder competir con otras multinacionales, que ya tienen su propia cadena de valor y un producto específico. En este sentido, es clave el emprendimiento.
José M. Mato: Y el estar alejado del producto final, ¿cómo afecta a la innovación y qué se puede
hacer para solucionarlo?
Leire Bilbao: Totalmente, para mí la innovación es buscar solución a determinados problemas para que la empresa crezca y sea cada vez más competitiva y eso, significa que tiene que vender cada vez más. Por lo tanto, el conocer que necesita tu cliente es fundamental. Por eso, es clave tener esa cercanía a determinados clientes, es algo que tenemos que trabajar.
José M. Mato: La innovación es un término confuso. Todo líder empresarial o responsable de mejorar la competitividad de las empresas está de acuerdo en que es importante. Pero nadie parece estar de acuerdo con lo que realmente es o lo que significa. ¿Cuál es vuestra definición de innovación?
Ainara Basurko: La innovación es un concepto muy amplio pero, sea lo que sea, lo que está claro es que tiene que traducirse en una mejora de la competitividad (conseguir reducir costes o incrementar ingresos). La innovación puede basarse en producto, en los procesos o también en buscar un nuevo modelo de negocio. Incluso en modelos organizativos, en formas de trabajar y relacionarse las personas dentro de las organizaciones. Hablamos tanto de innovación tecnológica como de no tecnológica buscando un salto competitivo, para generar más actividad y más empleo.
Mikel Álvarez: Ainara lo ha descrito muy bien, pero en realidad a mí no me preocupa mucho
los diferentes significados de innovación porque yo creo que todos estamos en que lo importante es transformar.
José Manuel Franco: Yo lo asocio a valor añadido para el destinatario de lo que estás produciendo.
Para nosotros, es valor añadido.
José M. Mato: Creo recordar que había una encuesta de Innobasque que decía que la innovación
en las pymes era menor. ¿Esto es así?
Leire Bilbao: Hay una serie de indicadores clave que si nos comparamos con Europa no estamos
muy bien, tenemos que mejorar. Pero la innovación son muchas cosas, lo primero que tienes que tener es una sistemática y una estrategia y esto es un proceso muy largo. En Euskadi, tenemos que mejorar mucho la parte “soft”, somos mucho más de proceso y producto, pero hay que mejorar los modelos de
gestión, el marketing, personas, nuevos modelos de negocio. Estos gaps los tenemos que cubrir para que esta sistemática de innovación funcione de verdad.
José M. Mato: La opinión que se tiene de Euskadi es que es un país muy innovador, pero yo creo que tiene que ser mucho más, a todos los niveles. Hay que crear ilusión y pasión y ¿cómo se alimenta esto para tener la misma aceleración que se produzco en los años 80 o 90?
Mikel Álvarez: Es una pregunta muy difícil porque las circunstancias son diferentes. Los impulsos
de las sociedades responden a diferentes factores. En los años 80 en Euskadi entramos en una de nuestras peores crisis por el final de la industria pesada y hubo necesidad de buscar cosas nuevas. Ahora, vivimos en lo global, estamos en un gran resacón, después de la última crisis económica hemos tenido 10
años de mucha pérdida de empleo, los jóvenes han sido los grandes perdedores y, con toda esta resaca, es difícil de hablar de pasión.
Ainara Basurko: Hemos sido un país muy emprendedor, trabajador y con unos estándares de calidad muy elevados. Creo que seguimos manteniendo la segunda y tercera característica pero en lo relativo a índices de emprendimiento no destacamos enlos últimos años. Sin embargo, se está apostando mucho por el emprendimiento como factor tractor de la competitividad del territorio y comienzan a verse
los frutos. Por poner un ejemplo, en los últimos tiempos, en la Universidad, el número de proyectos empresariales de los estudiantes se está incrementando año a año. Creo que poco a poco nuestra sociedad va interiorizando la importancia de emprender, de innovar, de arriesgar, de probar. Es una lluvia fina. Yo si veo esperanza.
Mikel Álvarez: Me alegro de esta visión positiva, pero la realidad es que, en estos momentos,
es muy difícil encontrar pasión.
Ainara Basurko: Sí, a veces es más la necesidad. Pero si es una necesidad que mueve actitudes
emprendedoras, también nos vale.
José M. Mato: Nuestra percepción desde los CICs es que sí que hay ilusión, nuevos proyectos, y
que muchos de nuestros investigadores lo ven como un espacio de oportunidad.
Leire Bilbao: Nosotros llevamos años trabajando, tratando de involucrar a los niños de 10 a
16 años con valores para despertar una vocación científico-tecnológica. Es apasionante
ver a los jóvenes asumiendo retos y trabajando en equipo para lograr presentar sus proyectos de una manera brillante. Tenemos que seguir trabajando para tener este tipo de perfiles que sirvan de relevo a los investigadores actuales. Hay todavía mucho camino por recorrer pero sí que se han hecho
muchas cosas.
José Manuel Franco: Nuestra experiencia como empresa es que si hemos llegado hasta donde lo hemos hecho es por la ilusión, la motivación, la valía y el esfuerzo de un equipo muy joven que ha sabido implicarse. El personal se ha volcado y esto ha sido y es la base del éxito de cualquier proyecto.
Mikel Álvarez: Yo no diría que veo el futuro con esperanza, lo veo más de una manera ecléctica. Eso no quiere decir que no tengamos que seguir mejorando. Eso sí, tenemos que ser realistas, la crisis de este siglo ha pegado muy fuerte a nuestros jóvenes que están muy formados, pero también lo están en otros países. Los jóvenes no tienen un futuro claro, tenemos que trabajar para lograr que sea mejor.
Leire Bilbao: Y entre todos los agentes: privados, públicos, científicos-tecnológicos, etc. Si no, esas personas jóvenes que se han tenido que ir a trabajar fuera, no van a poder volver.